Farmacéuticos hospitalarios de toda España participan en un curso sobre optimización digital dirigido a la trasformación de sus servicios. El objetivo del curso de Optimización en Salud Digital DIGIEIA, cuyo nombre hace alusión a la diosa griega de la salud, símbolo de la Farmacia, es ampliar el conocimiento del farmacéutico hospitalario sobre las herramientas digitales disponibles y su aplicación en la mejora de la gestión de la Farmacia Hospitalaria.
Se trata de una actividad académica 100% online organizada por GSK y que cuenta con la acreditación de la Fundación General de la Universidad de Alcalá y el aval de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
La pandemia ha evidenciado la importancia de la aplicación de la tecnología y del impulso de la transformación digital en el sector sanitario. La Salud Digital se define como la aplicación de las tecnologías de información a productos, servicios y procesos de atención sanitaria que ayude a mejorar la salud y el bienestar de los pacientes.
El curso, que tiene una duración de seis meses, se ha dividido en cinco módulos (Salud digital, Tecnologías en salud digital, Big Data y resultados en salud, Inteligencia artificial en el sector sanitario, Automatización de procesos y servicios farmacéuticos hospitalarios) y según José Manuel Martínez Sesmero, jefe de Servicio de Farmacia del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, director de Innovación de la SEFH y uno de los directores de esta actividad formativa, “es la primera iniciativa que, de manera global, recoge estas áreas temáticas”. Asimismo, señala que cuenta con un claustro compuesto por “expertos con mucha experiencia, tanto del sector sanitario como de otros” ámbitos. Para el codirector del curso, Juan Alfredo Montero, farmacéutico hospitalario del Servicio Canario de Salud, el curso “permite al alumno empezar desde cero y llegar a un punto de conocimiento bastante avanzado para comenzar a aplicar la tecnología digital a sus servicios de farmacia”.
Esta iniciativa coincide con un momento en que la pandemia ha acelerado la necesidad de uso de herramientas digitales en los hospitales. Se trata de un “aspecto positivo, porque hemos aprendido”, afirma Martínez Sesmero, con avances como la telefarmacia que “ya se venía gestando”, pero también, “en el ámbito de la investigación clínica, la utilización de bases de datos compartidas, las nuevas técnicas de análisis… que nos ayudaron a saber lo que era útil y lo que no frente al SARS-CoV-2”.
Punto de inflexión
En definitiva, “nos hemos dado cuenta de que hay que aplicar las tecnologías en el sector salud, que a veces queda relegado en la transformación digital. Debemos tener un plan y, para ello, hay que formarse, aprender y mirar a otros sectores”. En este sentido, Montero apunta que la «integración forzada» de distintas herramientas digitales y de las nuevas formas no presenciales “debe dar paso a un punto de inflexión y planificación sosegada para descubrir que componentes de la salud digital aportan valor a la farmacia hospitalaria y a nuestros pacientes”.
Ambos coinciden en que, una vez superada la fase más crítica de la pandemia, hay que mirar al futuro. Entre los próximos pasos a seguir, Montero subraya el valor de los datos. “Cada vez está más claro en las organizaciones sanitarias que los datos son uno de los recursos «no humanos» más valiosos, y que son estos los que deben dirigir nuestras decisiones clínicas, gestoras y farmacéuticas”, asegura. Por ello, considera que “la digitalización de los Servicios de Farmacia Hospitalaria, en primera instancia, debe centrarse en la correcta obtención, integración y análisis de los mejores datos disponibles”. Por su parte, Martínez Sesmero cita la plataforma que está creando la SEFH para comunicar con los pacientes, hacer telefarmacia y teleasistencia, una nueva tecnología que “nos ayuda no sólo a adquirir nuevas competencias, sino a crear nuevos roles del farmacéutico de hospital, siempre en colaboración con otros profesionales y con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes y adaptarnos a los diferentes perfiles”. “Una salud como un ‘café para todos’ -concluye- ya no es sostenible”.
Uno de los próximos retos de la digitalización en la farmacia hospitalaria que se va a abordar en el curso es la llamada Salud móvil o ‘m-Health’. Martínez Sesmero señala que, antes de la pandemia, “ya se habían diseñado algunas apps, pero de manera muy incipiente”. A su juicio, esta es “una de las patas de la transformación digital, y hay que trabajarla siempre teniendo en cuenta la opinión del paciente”. Montero añade que “algunas iniciativas como m-Heart o e-Onco Salud ya van más allá y ofrecen a los pacientes la posibilidad de enviar información sobre su estado de salud, efectos secundarios o incluso la posibilidad de una comunicación instantánea y bidireccional con su farmacéutico, lo cual es un aporte de valor tremendo para no solo resolver dudas y consultas, sino también soporte y apoyo cuando el paciente lo requiera”. Asimismo, apunta que algunos dispositivos y aplicaciones están encaminados a otro objetivo importante: mejorar la adherencia terapéutica a los medicamentos.
Ambos directores van a participar en el curso en los módulos de Big Data e Inteligencia Artificial, dos de las tecnologías que están llamadas a transformar la farmacia de los hospitales. Martínez Sesmero explica que el Big Data “nos puede ayudar a generar nuevas hipótesis, nuevas preguntas y, sobre todo, a responderlas”, para añadir que “nos acerca al concepto de la medicina 5P: preventiva, predictiva y participativa. Las últimas dos ‘P’ son de personalizar la atención y de la salud poblacional”. Sobre la Inteligencia Artificial, Montero destaca que “está llamada a impactar en todos los procesos de todos los sectores productivos en lo que se usen datos como motor para la toma de decisiones y, por tanto, en la farmacia hospitalaria también puede jugar un papel importante”.